Cuántos colores perciben los ojos del que se asoma a ese balcón maravilloso. El alma se siente avasallada por las imágenes multicolores: los verdes, los azules, los blancos de vapores y nieves, los rojos, los ocres...
Qué piensa mientras mira su pueblo montañés. Piensa acaso en el lejano día que tuvo esa visión increíble. Fue cuando descendió por primera vez la cuesta de arrayanes sin saber que lo hacía en busca de su futuro. Sin pensar que allí recalaría para siempre.
Piensa acaso en los momentos compartidos con tantos otros seres : familiares, compañeros de escuela, amigos. Con tantos que pasaron raudos, con otros que compartieron más tiempo, pero que al final partieron. Porque la vida es eso : conocerse, compartir, y finalmente partir...
Y el pensamiento fue demasiado lejos, parece...Mejor era quedarse con la primer imagen. Simplemente con la mirada perdida; apabullada el alma por los colores del paisaje.
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