martes, 28 de marzo de 2017

EL BUEN DECIR...


... Y EL BUEN ESCRIBIR.

Cursé  mi escuela primaria y la secundaria  entre mil novecientos cincuenta y dos  y mil novecientos cincuenta y ocho. En esos tiempos los maestros y los profesores insistían mucho en las materias instrumentales. Dejando de lado matemáticas que nunca ha sido mi fuerte, me voy a referir a  la que  llamábamos Lenguaje en primaria y Castellano en secundaria. En primer año, mi profesor fue el señor Juan Decembre que, nunca lo olvido, nos pidió, obligatoriamente, para lectura y ejercitación dos libros: Las “Confesiones de un pequeño filósofo”, del español Azorín y una Antología de Laccau-Rossetti. El primero eran lecturas del gran  escritor José Augusto Trinidad Martínez Ruíz quien en ese librito incluía  textos breves de su  infancia y adolescencia en Alicante (España) muchos referidos a su vida escolar. Precioso libro, que conservo.
El otro , la citada Antología  contenía textos en prosa y poesías, de escritores argentinos. Aun recuerdo “Dolor” poema de Alfonsina Storni cuyo inicio es : “Quisiera esta tarde divina de octubre / pasear por la orilla lejana del mar…”
En esos dos libros, por los que siempre he agradecido al maestro Juan Decembre, practicábamos ejercicios de lectura, lectura en voz alta, tan dejada de lado hoy, léxico o vocabulario para usar  el diccionario que todos debíamos tener el nuestro, ortografía y gramática, sin olvidar los comentarios de lo leído es decir los que hoy tanto se menciona como “comprensión de textos”. En secundario uno de los recursos de enseñanza eran las lecciones orales, tan importantes y formativas en tanto uno debía tener los conocimientos, ordenarlos mentalmente y transmitirlos adecuadamente. Destaco su importancia que comprobé en  el siguiente detalle, yo noté al trabajar como maestro de primaria, en los tres primeros años en que tuve a cargo los primeros grados, que había perdido agilidad en la facilidad de expresión, respecto de cuando estaba en quinto año.
En segundo y tercer año utilizábamos los libros de Lengua y gramática de Giusti, los que incluían textos de lectura , allí recuerdo haber leído excelentes cuentos y también poesías de muy destacados autores de nuestra lengua. Se nos exigía ejercitar la memoria, con poesías y los verbos, ¡Ah! la conjugación de los verbos en los distintos tiempos de cada modo. Y las reglas de acentuación, tan útiles y que hoy son tan poco tenidas en cuenta, en especial cuando se envían mensajes de texto en los modernísimos y tan útiles teléfonos móviles o celulares, que reconozcámoslo, nos han cambiado la vida, en la operatividad, claro está.
En la escuela , especialmente en la secundaria (Hoy denominada nivel medio) se exigía y para aprobar la materia Lengua había que estudiar y demostrarlo en las lecciones orales, en los trabajos prácticos y en  las pruebas escritas y si no:  ¡A diciembre! o ¡A marzo!

Esta breve reflexión vino a cuento , al escuchar que todo el ámbito futbolístico está en ascuas esperando qué resuelve la FIFA respecto de  la probable sanción a Leo Messi que le impediría de jugar hoy ante Bolivia, por haber insultado a un árbitro en el partido de nuestra  selección frente a la de Chile. Por qué lo traigo a  colación: porque el gran futbolista , habitualmente muy educado, es un referente para nuestros jóvenes. Lamentablemente ese día, frente a la selección trasandina, acaso porque no es lo mismo  jugar en España que en nuestra selección o porque  las cosas no salían bien, perdió su habitual corrección. Bueno, quién alguna vez no se salió de las reglas de urbanidad.
Claro que también por estos no sólo Leo Messi  ha dado muestras de poder pronunciar insultos terribles. A propósito, hemos escuchado en los medios a dos señoras que también debieran ser referentes para sus conciudadanos: la Sra. Hebe de Bonafini, titular de Madres de Plaza de Mayo y la Sra, Cristina Fernández *, ex presidente de la nación con expresiones realmente soeces. Bueno, parece que nuestro gran futbolista para no  ser menos  se sumó al estilo   de las citadas damas.





*Acotación de pie de página.-

Además de arquitecta egipcia y abogada exitosa, la ex presidenta ha resultado ser una exquisita literata. Debería ser invitada a integrar la Real Academia de la Lengua. 👅 y del “Buen Decir