martes, 4 de enero de 2011

ELISA (Hoy es una fecha que, a pesar de la pena, quiero recordar con alegría.)





Elisa la hija; cuánto daría por haber visto el rostro de Fortunato mi padre, aquel 4 de enero del 28 cuando la primer hija suya y de Malque vino al mundo. Pero eso es imposible porque yo nacería varios años después. La pimer fotografía suya la muestra sentada en un zapallo enorme, de los que se cosechaban en La Chacra, y detrás , de pié, mamá, la buela y unas amigas. Elisa hermana, Elisa esposa de Severo, ELISA MAMÁ.

La tía Elisa. Con los años, y la llegada de sobrinos de uno y otro lado, pasó a ser “la tía Elisa” , título adquirido para siempre, por siempre.. La buena tía Elisa que esperaba con las riquísimas tortas, comidas exquisitas, afectos y mimos a sus sobrinos, sin hacer distinciones. Querida por todos.

Depués, con que alegría se diplomaría de “Abuela” pasaría a ejercer como abuela, con ese afecto, esa tenura que caracterizaron su persona. ELISA ABUELA, y seguir ejerciendo los roles ya asumidos: de esposa, de madre, de hija, de tía , de hermana. Siempre jovial, cálida, cariñosa. Nos visitaba en San Martín, cuando nuestra madre, ya anciana y enferma necesitaba otro apoyo emocional además de los que aquí estábamos.Y, al partir mamá, ella fue por natural e implícito concenso, la referente familiar. Algunos sobrinos me decían: ¡”Cómo se parece a la abuela”! Si, se parecía, bastante fisicamente pero mucho más en la forma de ser: en la madre-abuela-tía que siempre está pensando en todos: si llegaron de un  viaje, si volvieron del baile, si cuidan su salud, si se abrigan, si comen , si vienen o van. Y tuvo la dicha de llegar al título de BISABUELA: Yo ví cómo se iluminaba de felicidad su cara cuando nos contaba las gracias de su bisnieto mayor, el hijo de Pablo, y después el hijo de Lucas, sus nietos. Por eso pienso que se fue tranquila, siguiendo a su compañero de tantos años. Segura que ambos dejaron, a su descendencia y a sus familiares todos, el ejemplo de uno de esos matrimonios de antes: sólidos, fundados en el respeto y el amor familiar. Nos sorprendió un grave mal que en breve trámite la llevó, cómo al principito la serpiente, hacia otro lugar añorado, donde encontrarse en otro plano más sutil y , digamos, espiritual a reencontrarse con los afectos que tuvo en este mundo físico: su esposo, su mamá, sus hermanos…No lo sabemos a ciencia cierta pero, sin dudas allá, donde haya ido, estará en PAZ.-