viernes, 23 de octubre de 2009

Lluvia y nieve en primavera

Lluvia de primavera

Cae con suavidad.

Viento ¡no soples!

Están floridos cerezos y ciruelos.

*

Que no perezca el germen de sus frutos

¡Nieve también!

¿Nieve de primavera?

Sobre llovido, nevado

*

Blancura de la nevizca

Matizando los coloridos tulipanes

De mi jardín pequeño y desvalido,

Clamando por el sol.

*

Lluvia de primavera

Nieve a destiempo

Por favor , les ruego

Sean leves, sutiles ,pasajeras

*

No me priven del dulzor de frutos

que me regalan gentiles en verano

añejos árboles plantados hace tiempo

por Doña Coti, una querida abuela.

*

San Martín de los Andes, 23/10/2009

domingo, 18 de octubre de 2009


Día de las Madres









"...la madre es para el hombre la personificación de la providencia, es la tierra viviente a la que se adhiere el corazón como las raíces al suelo." D.F. Sarmiento.- Frase aprendida en mi primaria de Valcheta, la Nº15 porque alguna maestra-madre me la
enseñó.-Gracias



.





Nota: La colección de imágenes es "a completar"

viernes, 2 de octubre de 2009


Una poesía de Rubén Lucero

LAGRIMAS DE ESPERANZA



Como si fuera de un llanto

entre rocas milenarias,

brotan varios lagrimones

de cristalina pureza.

Se juntan en la pendiente

Como si ese llanto fuera,

causa de un mismo dolor.

Y los cerros colorados

como enormes fantasmas,

en silencio

observan como esas lágrimas

forman un canto a la vida

en tu arroyo Chipauquil.

Y corriendo entre maciegas

esquivándole a los mimbres

que lo quieren retener,

con grotescos ademanes

se dispara entre pedreros,

entonando mil canciones

que sólo el ruido del viento

hace dislocar sus notas

para frenar su carrera,

en un tranquilo remanso

que le ofrece Macachín.

Y allí se abren sus brazos

en Canales de esperanza

para alimentar la savia

de tus sembrados Chanquín.



Y en un andar más tranquilo

entre frondosas riberas,

de gigantescos sauzales

llega por fin a Valcheta

a bendecir los hogares

para rociar los jardines,

para regar los parrales

que harán de su fruto el vino

ese que inspira en el hombre

una plegaria o un canto

y luego mansamente,

como una despedida

se aleja en suave murmullo

porque sabe que le espera

la ardiente sal del Gualicho.

Pero algún día las hombres

lo atajarán en un dique

Y el valle que está dormido,

se hará un coro bullicioso

de un nuevo canto a la vida.

Rubén Lucero

Valcheta

Río negro