domingo, 7 de noviembre de 2010

Canciones y poemas:

Aprendidos en La Chacra de boca de mamá:


Agua, San Marcos,

Señor de los charcos,

para mi triguito

que está muy bonito;

para mi cebada

que ya está granada;

para mi melón

que ya tiene flor.




¡Qué llueva, qué llueva!

La vieja está en la cueva,

Los pajaritos cantan

La vieja se levanta.

La Chacra: inicios

Fortunato vino del líbano a ls catorce años, junto con Nader, su primo hermano que era mayor...ambos trabajadores y honestos hicieron una opción que me enorgullece. Opción que seguramente privó a la familia de un mejor pasar en lo económico pero que me enorgullece porque optaron por el noble oficio de labradores de la tierra.


Cabe decir que en un primer momento , a su llegada a Valcheta , se instalaron con negocio de panadería que luego vendieron. Sin ánimo de desmerecer el rol del comerciante, siendo la Argentina un país agrícola ganadero y siendo el del labriego un trabajo tan noble, creo que la opción por ser chacareros ennoblece su memoria.


Alameda, las cortinas de álamos , para reparo estaban en todas las chacras; qué lindo era, de niños caminar descalzos en un otoño como el de la imágen, pisando y revolviendo las frescas hojas doradas de los álamos.

La chacra como medio de subsistencia
El Comienzo:
En lo que se refiere al aspecto fundacional de nuestra chacra hay un hecho importante que nunca supe de chico, ni de joven y que hace pocos años, dos o tres antes de partir, me relató mi hermano Beto.

Cuando Papá y el Tío Nader decidieron hacerse chacareros ello significaba recibir tierras fiscales; bueno, el caso es que supieron con muy poco margen de tiempo –cuarenta y ocho horas más o menos- que un delegado del gobierno pasaría por la comarca para verificar si los colonos contaban con los requisitos. Esos requisitos consistían en :una vivienda de dos ambientes, techada y una hectárea de terreno alambrado. Qué hacer, contaban con sólo 48 horas. Pues lo hicieron ...¡En una noche! Con la ayuda de buenos vecinos, gente labriega como ellos. Trabajaron toda una noche alumbrándose con faroles a kerosene y; al día siguiente el delegado del gobierno pudo verificar que allí estaban la vivienda y el campo alambrado de los “turcos Buganem”...(¡)