Prevalece la GUERRA

De nuevo por estos días, seres humanos están siendo víctimas de los horrores de la guerra.
Hace muchos años leí el libro “¡ABAJO LAS ARMAS!”, de Bertha Von Suttner una austríaca que vivió en el siglo XIX y dedicó su vida a difundir ideas y propósitos pacifistas. Ello le valió ser la primera mujer que recibió el premio Nobel de la Paz. (en 1905)
Quien quisiera oponerse a la guerra en la época en que vivió esa mujer, nacida aristócrata, debía luchar también contra premisas muy arraigadas como: lograr gloria en el campo de batalla, demostrar coraje, arrojo e inteligencia en tácticas militares, etc. Pero detrás estaba el procurar territorios, o defenderlos, o expandir dominios, o procurar riquezas. Creo que no han cambiado mucho las motivaciones.
Lejos de ser más razonables y procurar el trueque de lo que a uno le falta por lo que a otros les sobra –y viceversa- se continuó con el recurso de la guerra. Hoy con el agravante del progreso tecnológico, mediante el que se han perfeccionado los instrumentos para causar la muerte; no ya de los que con coloridos uniformes, tal como ocurría en la centroeuropa dos siglos atrás, se lanzaban a pie o a caballo al campo de batalla; sino que se bombardean centros poblados donde es sabido viven seres humanos que seguramente no son los que dispusieron que el horror suceda.
Y …ya sabemos las consecuencias: muertes, mutilaciones, orfandad, sufrimientos de todo tipo. Desde hambre a pestes y horrores que no imaginamos.
En vano han pasado los siglos toda vez que prevalece la guerra sobre la paz, prevalece el dominio del hombre poderoso por sobre el hombre dominado. Prevalecen los que piensan cómo usar la tecnología para satisfacer intereses mezquinos sobre aquellos que la utilizan para curar enfermedades, educar, o saciar el hambre.
¿Por qué no evolucionó la humanidad como tal?
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