... Y EL BUEN ESCRIBIR.
Cursé mi escuela primaria y la
secundaria entre mil novecientos cincuenta y dos y mil novecientos
cincuenta y ocho. En esos tiempos los maestros y los profesores insistían mucho
en las materias instrumentales. Dejando de lado matemáticas que nunca ha sido
mi fuerte, me voy a referir a la que llamábamos Lenguaje en
primaria y Castellano en secundaria. En primer año, mi profesor fue el señor
Juan Decembre que, nunca lo olvido, nos pidió, obligatoriamente, para lectura y
ejercitación dos libros: Las “Confesiones de un pequeño filósofo”, del
español Azorín y una Antología de Laccau-Rossetti. El primero eran
lecturas del gran escritor José Augusto Trinidad Martínez Ruíz quien en
ese librito incluía textos breves de su infancia y adolescencia en
Alicante (España) muchos referidos a su vida escolar. Precioso libro, que
conservo.
El otro , la citada Antología
contenía textos en prosa y poesías, de escritores argentinos. Aun
recuerdo “Dolor” poema de Alfonsina Storni cuyo inicio es : “Quisiera esta
tarde divina de octubre / pasear por la orilla lejana del mar…”
En esos dos libros, por los que siempre
he agradecido al maestro Juan Decembre, practicábamos ejercicios de lectura,
lectura en voz alta, tan dejada de lado hoy, léxico o vocabulario para usar
el diccionario que todos debíamos tener el nuestro, ortografía y
gramática, sin olvidar los comentarios de lo leído es decir los que hoy tanto
se menciona como “comprensión de textos”. En secundario uno de los recursos de
enseñanza eran las lecciones orales, tan importantes y formativas en tanto uno
debía tener los conocimientos, ordenarlos mentalmente y transmitirlos
adecuadamente. Destaco su importancia que comprobé en el siguiente
detalle, yo noté al trabajar como maestro de primaria, en los tres primeros
años en que tuve a cargo los primeros grados, que había perdido agilidad en la
facilidad de expresión, respecto de cuando estaba en quinto año.
En segundo y tercer año utilizábamos los
libros de Lengua y gramática de Giusti, los que incluían textos de lectura ,
allí recuerdo haber leído excelentes cuentos y también poesías de muy
destacados autores de nuestra lengua. Se nos exigía ejercitar la memoria, con
poesías y los verbos, ¡Ah! la conjugación de los verbos en los distintos tiempos
de cada modo. Y las reglas de acentuación, tan útiles y que hoy son tan
poco tenidas en cuenta, en especial cuando se envían mensajes de texto en los
modernísimos y tan útiles teléfonos móviles o celulares, que reconozcámoslo,
nos han cambiado la vida, en la operatividad, claro está.
En la escuela , especialmente en la
secundaria (Hoy denominada nivel medio) se exigía y para aprobar la
materia Lengua había que estudiar y demostrarlo en las lecciones orales, en los
trabajos prácticos y en las pruebas escritas y si no: ¡A diciembre!
o ¡A marzo!
Esta breve reflexión vino a cuento , al
escuchar que todo el ámbito futbolístico está en ascuas esperando qué resuelve
la FIFA respecto de la probable sanción a Leo Messi que le impediría de
jugar hoy ante Bolivia, por haber insultado a un árbitro en el partido de
nuestra selección frente a la de Chile. Por qué lo traigo a
colación: porque el gran futbolista , habitualmente muy educado, es un
referente para nuestros jóvenes. Lamentablemente ese día, frente a la selección
trasandina, acaso porque no es lo mismo jugar en España que en nuestra
selección o porque las cosas no salían bien, perdió su habitual
corrección. Bueno, quién alguna vez no se salió de las reglas de urbanidad.
Claro que también por estos no sólo Leo
Messi ha dado muestras de poder pronunciar insultos terribles. A
propósito, hemos escuchado en los medios a dos señoras que también debieran ser
referentes para sus conciudadanos: la Sra. Hebe de Bonafini, titular de Madres
de Plaza de Mayo y la Sra, Cristina Fernández *, ex presidente de la nación con
expresiones realmente soeces. Bueno, parece que
nuestro gran futbolista para no ser menos se sumó al estilo de las citadas damas.
*Acotación de pie de página.-
Además de arquitecta egipcia y abogada
exitosa, la ex presidenta ha resultado ser una exquisita literata. Debería ser
invitada a integrar la Real Academia de la Lengua. 👅 y
del “Buen Decir”
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