(El texto que sigue es parte de la publicación que entregué con motivo del Segundo encuentro de Los Buga, 3 al 5 de diciembre de 2016 en San Martín de los Andes)
LA MUERTE DE PAPÁ
El
acontecimiento más ingrato para la familia fue la muerte de papá, Fortunato. Yo era muy pequeño, con dos años de vida y no recuerdo nada de esos momentos ni de su larga
enfermedad. Luego, por ser el menor mi madre , mis hermanas y hermanos me
cuidaron y protegieron de modo que no me llegaban los sinsabores. No dudo que
habrán pasado angustias y dificultades, considerando que éramos una familia
humilde que vivía exclusivamente del trabajo de la tierra, de obtener los
productos que podía dar aquella chacra
con características de una granja. Y, como sabemos una granja produce
alimentos, con lo cual estaría asegurado el sustento principal.
Nuestro
padre y el tío Nader quienes siendo primos
vivieron como verdaderos hermanos y así emigraron de su líbano natal
para trasladarse a estas lejanas tierras, no forjaron una gran fortuna. Sí
dejaron el recurso: esa tierra y algunas herramientas que mis hermanos mayores
supieron aprovechar para mantenerse y seguir todos unidos con enorme esfuerzo y
dedicación a las duras faenas del cultivo de la tierra.
Nuestro
querido Cholo, el homenajeado en este encuentro de Los Buga, fue siempre muy
aficionado a los caballos y siendo bastante joven le gustaba mucho montar en ellos, cuidarlos y hasta jinetearlos , lo que es montarlos aun
siendo potros para que se domestiquen y
sirvan en las tareas rurales, para ir de un lado a otro de paseo y también para
las famosas carreras cuadreras. Un gusto por los caballos que siempre tuvo y
hasta el presente como socio del Club Hípico local en el cual ha formado parte
de la comisión directiva y no se pierde
de concurrir a los eventos como espectador
tanto en nuestra localidad como en pueblos vecinos.
En
época que sí recuerdo, mi hermano Beto tenía colmena y extraía muy rica miel pero por algún motivo
dejó de hacerlo .Lo recuerdo con el equipamiento para defenderse de las
picaduras de las abejas : una especie de máscara de tejido y un fumigador de
mano en el que se colocaban unas brasas, y pasto o bosta seca de vaca. Entonces
al presionar el fuelle arrojaba humo que
calmaba a las abejas. A mis ojos infantiles era una rara imagen la de su figura
así ataviado.
Estas
producciones que demandaron a los fundadores y, luego de fallecido papá, a mis
hermanos mayores mucho trabajo...muchísimo esfuerzo y sudor; permitieron que la familia subsistiera.
Pero sólo eso... alimentarse bien y crecer sanos, que no es poco, pero no para
hacer fortuna.
En
otra época, de mis últimos años en la chacra y cuando la venta de frutas y
hortalizas ya no tenía casi demanda, Beto y
El Cholo tuvieron tambo, por
varios años. Esto es lechería, lo que significaba un trabajo no menos duro: levantarse
muy temprano, ordeñar las vacas y después
llevando los tarros con la leche,
en un carro de dos ruedas tirado por un caballo, a hacer el reparto en
Valcheta. Eran cinco km. Y recuerda El Cholo que se tardaba media hora para
llegar de la chacra al pueblo.
EL TÍO NADER Y LA TECNOLOGÍA:
Nuestro tío Nader tenia interés por la tecnología y por eso en La Chacra había radios que funcionaban a acumuladores
( baterias de auto) que se recargaban en un generador eólico (Le decíamos molino), que movido por el viento patagónico contribuía a recargar las baterías. A veces cuando pasaba un par de días sin que soplara el viento, solíamos estar preocupados porque si no se recargaban las baterías corríamos el riesgo de no poder escuchar algún programa preferido.
Nuestro tío Nader tenia interés por la tecnología y por eso en La Chacra había radios que funcionaban a acumuladores
( baterias de auto) que se recargaban en un generador eólico (Le decíamos molino), que movido por el viento patagónico contribuía a recargar las baterías. A veces cuando pasaba un par de días sin que soplara el viento, solíamos estar preocupados porque si no se recargaban las baterías corríamos el riesgo de no poder escuchar algún programa preferido.
Escuchando las las emisoras radiales de "onda larga", que se captaban muy ben, recuerdo Splendid, Belgrano,supe que existía Buenos Aires. Recuerdo que en casa , toda la familia , escuchaba a la hora de la cena"El Glostora Tango Club" y después "Los Pérez García", un radioteatro con episodios familiares de lunes a viernes....Qué maravilla la radio. Los domingos a las trece, un programa de humor muy exitoso: "La Revista Dislocada" y después el fútbol...
También le interesó la fotografía. ¡En esos años! Es gracias a esa iniciativa, que tenemos ese recuerdo del casamiento de Malque y Fortunato, otra fotografía de una señoras amigas con mi madre y nuestra hermana mayor, Elisa, de un añito, sentada sobre un zapallo. Y en lo personal, es gracias a esa curiosidad del Tío Nader Buganem por dejar registradas las imágenes sobre el papel, y supongo que él mismo las revelaba, que he podido ver a mi padre. Yo tenía apenas dos años cuándo él falleció.
También por ese interés hacia la tecnología tuvieron una motocicleta.-
En un artículo publicado en el diario “Río Negro” (23/11/98 ) el historiador Jorge Castañeda, bajo el título “Los árabes de Valcheta historia de una pasión”
Dice: “ En 1907 llegaron aquí los hermanos Fortunato y Nader Buganem; este último sabía de obras, construyó una casa que aun hoy existe y allí un comercio de ramos generales y también una panadería. Se compraron una chacra en Punta del Agua y Nader , que era muy inquieto se trajo colmenares, llegando a tener hasta cuarenta colmenas.” Y cierra el artículo con el siguiente párrafo: “ Sembraron como en su tierra olivos y vides, abrieron huellas en el desierto, formaron familias numerosas y aportaron a la identidad de la región sur.”
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