“Bajoelsauce” dicho así como si fuera una sola palabra, era un lugar de la chacra, a unos cuarenta metros de la vivienda, donde sauces y mimbres ofrecían en verano , una inmejorable sala de estar, donde la sombra de los árboles atenuaba el calor intenso.
En ese lugar la familia se reunía a tomar mates después de la siesta. Mis hermanos mayores saldrían después para sus tareas y mi madre y hermanas seguirían reunidas, dedicadas a tareas domésticas como coser ropa, tejer, preparar comidas o conservas de frutas.
Por ser el más chico de la familia, yo jugaba en los alrededores ypermanecía bajoelsauce. Trepaba aun mimbre inclinado sobre el cual era fácil caminar o sentarse allí, entre la frescura de las hojas de verde intenso.
El Malacate
Era un raro aparato, con forma de una enorme campana de hierro achatada, que giraba sobre una base de engranajes, tenía una gran vara para ser movido por un caballo y el propósito había sido elevar agua hasta la vivienda. Pero en la época en que yo lo recuerdo, solamente servía para jugar. Era una especie de adorno allí instalado en el sector de abajo del sauce.
El Arroyo Valcheta
Pasaba por el medio de La Chacra, en ese tiempo con bastante caudal que nos permitía , en verano, bañarnos en sus aguas, en las partes en que se hacía profundo aunque no tanto como para ser peligroso. Uno hacía pie y las frescas aguas en el calor del verano valchetense, eran una delicia, un juego , un remanso agradable que no se olvida. Es decir que, además de dar vida a los sembrados, ese arroyo nos permitía pasar muy lindos momentos de esparcimiento.
Algunas veces simplemente sentarse en sus orillas, bajo la sombra de sauces llorones y mimbres. Viendo las figuras irreales que el agua formaba en su transcurrir, daba lugar a momentos de meditación aunque uno todavía no supiera que meditaba.
También podía dar miedo cuando después de las tormentas crecía y su agua apuraba la correntada con un color marrón claro.
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