-Qué lindo es cuando neva y uno es cabro chico.
-Y la mamá no deja salir afuera para no mojarse.
-Y no arruinar las zapatillas.
-Qué lindo es cuando neva y el papi sale a partir más leña para el tacho que se pondrá rojo de tanto que se calentará.
-¡Mire mamá!...¿Cómo al Juan lo deja salir?
-Pa que entre leña pué m´hijo.
Juan es el mayor y lo mandan a ayudarle al padre. Eso a los otros, los más chicos , les disgusta.
-Qué lindo es cuando neva y la mamá amasa pan y tortas fritas.
Y uno es chico y el mundo seguro porque el papá y la mamá garantizan esa seguridad de calor, comida caliente, en platos humeantes por el vapor que deja escapar la polenta con carne, si hay, y con salsa de tomates…Y, si no hay carne, con unas cucharadas de grasa que la mamá guarda en unos frascos porque, previsora, la derritió de pella y la guardó para cuando haga falta.
Nieva sin viento…caen copos grandes, los pastos y todo el campo se cubren de ese manto maravilloso.
-Qué lindo si enalta, entonces mañana no habrá escuela.
Y, al final, los más chicos ganarán por cansancio a la resistencia de la madre, y jugarán afuera libres, correteando , arrojándose bolas de nieve, cayéndose sin temor a golpearse y se improvisarán trineos para deslizarse en el faldeito cercano . Y al juego se agregarán los perros ladrando y alborotando y todo será hermoso.
Qué lindo cuando nevaba y uno era un maestro de campo, en la cordillera.
Y en el pueblo, las personas que trabajaban con el turismo dirían… como ahora:
-Gracias a Dios nevó abundante, cuarenta en la base …ahora sí, estamos salvados.
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